REGIONES
BÁSICAS (Sigue)
La
vida en el Valle de la Luna Oscura
Fuera
de Guarida
de Olf,
la vida en y alrededor del Valle
de la Luna Oscura
es difícil, desagradable y con frecuencia es interrumpida
violentamente. La ley de la naturaleza es la única que ejerce su
domino sobre la mayoría de áreas de esta región. El débil apenas
tiene una oportunidad aquí. Para vivir en un lugar tan violento y
sin respeto por la ley, la gente debe permanecer fuerte. Si no fuera
por la lucrativa tala de árboles de madera oscura, ninguno se
molestaría en vivir en un lugar tan salvaje y peligroso. Sin
embargo, con cada generación que pasa, la tranquilizadora influencia
de la civilización crece en el Valle
de la Luna Oscura.
La
mentalidad del Valle de la Luna Oscura
La
paranoia se apodera de muchos de los que viven en el Valle,
fuera de Guarida
de Olf,
y por buenas razones. Los valletenses (valers) (aquellos que se crían
en el Valle
de la Luna Oscura),
desconfían de los recién llegados y de los extranjeros, al menos
hasta que aquellos nuevos en la zona se quedan durante al menos una
luna llena. Cualquiera que exprese simpatía o fascinación hacia los
lobos de la zona suscita una sospecha adicional, y aquellos que se
atreven a señalar las influencias positivas de lo lupino en el valle
son afortunados de evitar los escuadrones de linchamiento.
Los
valletenses (valers) son un grupo desconfiado, taciturno y tienden a
ser reservados. Temen lo que conocen (los hombres-lobo y los peligros
geológicos de la región) y lo que no conocen (los extranjeros y lo
que acecha dentro de las colinas y montañas cercanas). Cocos
(Bogeymen) desconocidos rondan constantemente sus sueños y ofrecen
con frecuencia recompensas o incentivos para los aventureros que
llegan a su valle, investigan algún horror del que se oyen rumores,
y entonces se van.
Como
el mayor refugio de la civilización en el valle, Guarida
de Olf
y sus residentes van en contra de esta tendencia. Aquellos que viven
en Guarida
de Olf
dan la bienvenida y alientan a los recién llegados, ya que los
visitantes tienden a traer dinero. En parte gracias a la hospitalidad
de la ciudad, muchos de los residentes del Valle
que viven fuera de Guarida
de Olf
no consideran de verdad ésta ciudad o a sus residentes parte del
valle. Muchos valletenses rurales miran por encima
del hombro a los residentes de la ciudad como cobardes débiles que
tienen miedo de enfrentarse a los muchos peligros de la región. Por
su parte, los valletenses urbanos se toman a risa estos insultos y
tratan de arreglar constantemente la relación entre los dos grupos.
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